No debemos tomarlo como una tragedia. Quizás
ellas sean las personas más afortunadas. No sufren ni lo pasan mal por amor, no
viven rupturas dolorosas ni largas agonías de desamor.
Tal vez sea una nueva especie; una especie más
avanzada, menos emocional y más racional; una especie que no necesite del amor
de pareja para sentirse plena. Porque, no nos engañemos, todos hemos pensado
eso de: “no vuelvo a enamorarme”, “no pienso volver a sufrir por amor”… A lo
mejor esta nueva especie ha logrado lo inimaginable, señores y señoras,
aprender a vivir sin el amor de pareja. Y ser plenamente felices.
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