El sábado fui la playa y vi a una pareja acostada en la arena. Ella se acercaba a él y le daba besos en el brazo, muchos, sin parar, durante unos segundos.
Luego, fui a comer por ahí y justo al lado de mi mesa había otra pareja. Él puso su cabeza en el hombro de ella, y ésta empezó a darle besos en la cabeza, muchos, durante unos segundos.
Tras ver ambas escenas, en un corto periodo de tiempo, sentí mucho amor, aunque no tuviera nada que ver conmigo, estas parejas lograban transmitir todo el amor que sentían. Entonces, comprobé algo que siempre he creído: el amor está en los detalles, en los pequeños detalles. No hacen falta grandes cosas para demostrar el amor y hacer sentir al otro querido...
Pequeños detalles que enamoran, pequeños detalles que invitan a soñar, pequeños detalles que convierten nuestra vida en algo especial.
Verlo en vivo y directo, te hace creer más que las peliculas romanticonas de Hollywood con final previsible y nada realistas.
ResponderEliminarEn mi caso siento envidia, pero de la sana... aunque tienes que procurar mirar de reojo porque sino se piensan que eres un pervertido o vete tu a saber (?)
Gestos como esos, como bien dices, invitan a soñar pero sobre todo a mantener la esperanza de que tú estarás en su lugar cualquier dia y otra persona en el tuyo, como una cadena de eslabones...
Las caricias y los besos, callan a las palabras, pero a su vez son la empatía del amor en un alma con dos cuerpos... algo que en este mundo obsceno, se agradece para no perder la fe en el mismo.