Has estado en cada paso del camino, ayudándome a continuar cuando mis fuerzas flaqueaban. Me has dicho "no" cuando tenías que hacerlo y "sí" en todo lo demás. Te has enfadado cuando me lo merecía y me has dado un abrazo cuando menos lo esperaba.
Cada vez que he estado perdido, tus ojos verdes me han guiado para volver al camino indicado.
Eres mi brújula, mamá.
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