jueves, 6 de marzo de 2014

El lado bueno de las cosas

El otro día en la Asociación Semilla, donde estoy haciendo las prácticas, empezamos a hablar con los chicos sobre los gestos positivos que nos rodean. El resultado fue un poco desolador: para estos jóvenes lo que más abunda en el mundo son los gestos negativos, esa parte mala del ser humano que hace que no tengamos confianza en los demás. ¿Por qué?

Es cierto que los gestos o actitudes negativas abundan a nuestro alrededor y que a diario vemos situaciones desalentadoras que hacen que nos cueste creer en el ser humano. No tenemos sino que mirar la televisión o leer el periódico para ver todo lo malo de las personas: políticos corruptos, robos, violencia, delincuencia... Tras ver todo esto, es normal que estos chicos tengan esa imagen tan negativa del mundo que les rodea, pero, ¿qué pasa con las cosas buenas que ocurren a nuestro alrededor? ¿Por qué siempre nos centramos en lo malo y no en lo bueno?

Cada día, yendo en el metro o caminando por la calle, debemos intentar ver lo bueno que nos rodea, que son muchas cosas: alguien que se levanta para ceder su asiento en el metro a una persona mayor o una mujer embarazada, alguien que se para para indicar una dirección, que ten los buenos días o te den las gracias por cualquier cosa... Son pequeños gestos positivos que podemos ver a diario y que, en ocasiones, no les damos importancia, pero que están ahí, a nuestro lado para hacernos sonreír o para hacernos creer en las personas que habitan este planeta y no tener dudas que está lleno de gestos y actitudes positivas.

Porque debemos ver el lado bueno de las cosas.

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