jueves, 21 de noviembre de 2013

Buenos días

Siempre he pensado que la felicidad está en los pequeños detalles, en esas cosas que hacemos sin que los demás se las esperen. Como dice Fangoria: "Lo poco agrada y lo mucho enfada".

Una de las mejores cosas que hay, para mi opinión, y que no cuesta nada hacer, es desear a alguien los buenos días. Un simple mensaje con esas dos palabras puede hacer que esa mañana fría, que te levantas muerto de sueño y sin ganas de hacer nada, cambie por completo y una sonrisa se instale en tu cara. Una sonrisa que durará todo el día.

Un mensaje, del tipo que sea, sin que exista motivo para enviarlo, significa que piensas en esa persona, que deseas tener más contacto o, simplemente, quieres hacerle ver que existes, una especie de "Hola, estoy aquí...". No sé, puede que sean gilipolleces mías, pero espero que sepan entender lo que intento decir.

Puede que mi parte romántica esté hoy en su máximo apogeo y vea todo color de rosa... Por eso he decidido escribir esta entrada, para intentar transmitir la alegría que siento.



Y a ti, ¿te mandan mensajes deseándote los buenos días?

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